jueves, 16 de enero de 2014

En aquel lugar.

Los besos te indicaron bandera blanca ésa vez,
tus manos fueron deslizándose por todo mi cuerpo,
y a cada centímetro que recorrían la impaciencia crecía.
Tus labios continuaron el recorrido que habían trazado tus dedos
la perfecta secuencia.
Después te sentí, lentamente, pacientemente
hasta que por fin sucedió...
Sí, fui tuya, tuya por completo
y la noche fue insuficiente para nosotros,
y en su impaciencia nos sorprendió amándonos
hasta que el cansancio nos hizo caer rendidos
tu lleno de dicha y apacibilidad,
yo llena de paz, llena de ti.

No hay comentarios: