miércoles, 3 de septiembre de 2014

Alexitimia

Estos cinco meses he vuelto a sentir el inmenso dolor que un adiós trajo consigo, han sido cinco inmensos y dolorosos meses es que las ausencias han cobrado otro sentido, en que el negro se volvió mi color y en que lo que antes me resultaba triste no lo es más, comparado conmigo.

Te fuiste una mañana como tantas otras de marzo, nada había de especial en ese día, nada salvo tu partida. Recuerdo con precisión lo que sentí con la noticia, recuerdo la sensación de algo siéndome arrancado por dentro, aún siento el inmenso vacío en el estomago, en el pecho y mi corazón aún palpita con tremenda fuerza cuando solo pienso en ti. Aún dueles como el primer día.

Debo aceptar que sin duda los primeros días fueron los más difíciles, la interminable sensación de que de repente un día estarías ahí, donde siempre, me desarmaba, me consumía. 

Después de un par de meses todo parecía transcurrir lento, el paso de los días era torpe y el sabor de los sábados, amargo.

Tardé tres meses en siquiera tener el valor para pensar en la idea de nunca más poder verte. 

Cinco meses después aún no logro concebir la idea de cómo el mundo ha seguido sin ti, para mi algo se detuvo en el tiempo desde que supe que no podría volver a verte, algo no me deja seguir, sin ti. Diós, eras mi mejor amigo, te amaba tanto como nunca quise dejarme sentir, y es que yo tenía miedo, nunca quería perderte, ¿es ésto entonces una broma del destino? Arrebatarte de mi vida así tan súbitamente no es justo, nunca nada volverá a ser lo mismo, los "te quiero", los "te amo" que salen ahora de mi boca, que emanan de mi corazón ya no saben a lo mismo, ya no los vas a escuchar, no los vas a sentir tuyos. 

Perdóname por intentar no pensar en ti, perdón por evadir cualquier tema que te incluya, no es porque no quiera escuchar de ti, hablar de ti, es solo que dueles como pocas cosas duelen en el mundo. Perdón por las lagrimas que sigo derramando, perdón por aferrarme a ti, perdón por todo lo que no te dije, por todo lo que no hicimos, por todo lo que se quedo inconcluso. Te pido perdón a ti, a ti, porque yo no he podido perdonarme.

Te amo siempre.