jueves, 4 de julio de 2013

El deseo.

Y entonces nos encontramos por casualidad una vez más, pero ésta vez estamos solos. El mundo queda reducido en éstas cuatro paredes.
Intempestivamente me tomas entre tus brazos, sabes lo que causas en mí, y es éso lo que te da la pauta para seguir. El deseo recorre mis venas, sientes que mi pulso se acelera, tal como tu respiración.
Tus dedos se deslizan por mi blusa, botones obedientes, parece que tus manos conocieran el camino correcto. Mis manos se deslizan por el lugar adecuado para lograr que estés en el límite. Tu boca se une a la mía en un beso lleno de pasión, tu piel y la mía entienden a la perfección la complicidad, puedes ver que se reconocen.
La humedad va brotando de a poco por toda tu piel, aumentas mi ritmo cardíaco conforme alteras el tuyo. Nos fundimos en la perfección...
¿Tu marca favorita de guerra? Las que dejan mis uñas en tu espalda

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