Me culpo por no poder salvarte,
hace tiempo que me lamento,
de este dolor que siento,
sólo querría poder besarte.
No me dí cuenta,
perdona querida,
pero que estúpido fui.
Cuenta me tuve que dar,
cuando aquel bárbaro,
te golpeó sin piedad,
como una estatua me quedé,
sin nada que poder hacer.
Pistola en mano llevaba,
y yo iba desarmado,
perdona querida,
pero que estúpido fui.
De haberlo sabido,
hubiera muerto por ti.
Desde hoy planeo venganza,
contra aquel criminal,
sin cargos quedó aquel carcamal,
¿La justicia no hizo nada?
pues mi propia pistola lo hará.
Enfrente de él estoy,
con ganas de acabar,
apretaré el gatillo sin más,
y podrás descansar en paz.
Desde ahora,
querida mía,
descansa en paz.
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